sábado, 15 de junio de 2019

Calabacín relleno de paté de zanahoria

 

Esta receta la hice hoy para la cena, está buenísima, super rico y rápido de hacer!!!! se las comparto, la tomé del Instituto Macrobiótico Nishime

Calabacín relleno de paté de zanahoria


Ingredientes: 
§  2 calabacines
§  4 zanahorias
§  1 cebolla
§  aceite de oliva, sal marina
§  ½ taza de almendras en polvo
§  1 trocito de jengibre
Preparación:
Lo primero que vamos a hacer en esta receta es cortar el calabacín en rodajas de 3cm (más o menos). 
Mientras, prerecalentamos el horno a 160º. 
Pincela una fuente de horno con aceite y colocar el calabacín encima. 
Hornea durante 15-20 minutos. Hasta que el calabacín esté al dente.
Entonces lo sacamos del horno, y lo vaciamos ayudándonos de una cuchara. 
De forma que quede un hueco en su interior donde podamos meter el paté de zanahoria.
Para hacer el paté:
Cortar la cebolla en medias lunas. las zanahorias en rodajas finas. El jengibre en cuadraditos pequeños.
Saltear las cebollas con un poco de aceite de oliva, sal y las hojas de laurel durante 10 min.
Añadir las zanahorias , el jengibre y un fondo de agua. 
Tapar y cocer a fuego medio/bajo durante 20 min hasta que las zanahorias estén blandas.
Retirar el laurel, añadir las almendras y triturar.
Rellenar cada rodaja de calabacín con el paté.
Podemos decorar con germinados o semillas de sésamo integral o sésamo negro.

viernes, 14 de junio de 2019

"Carpe diem"


"Carpe diem" significa “vive el momento”. Quise comenzar con esta frase para invitarl@s a disfrutar de este momento del aquí y ahora, sin importar lo que pase mañana, ya que es incierto y lo único concreto es el presente.
 Si has tomado la decisión de cuidar tu salud, y vari@s de ustedes me lo han hecho saber, especialmente los que tienen problemas similares a los míos, pues piensa en hoy y lo que has decidido a hacer pasito a pasito.
 Les cuento algunas cosas que estuve investigando, que me hicieron decidir a mí.
Los altos niveles de azúcar en la dieta, el exceso de grasas saturadas, un gran aporte de calorías y un estilo de vida sedentario pueden elevar los niveles de insulina en la sangre.
Cuando se ingieren alimentos, el nivel de glucosa en la sangre aumenta. Ante ello, el páncreas secreta una hormona llamada insulina, que ayuda a sacar la glucosa de la sangre, depositarla en las células y así obtener energía para el organismo. Pero ¿qué pasa cuando el organismo no responde a la insulina que produce? A ese proceso se le conoce como resistencia a la insulina.
Esta condición también está asociada a otras señales riesgosas para la salud, como niveles de colesteroles “malos” (LDL) aumentados (triglicéridos), colesteroles “buenos” disminuidos (HDL), presión arterial elevada y obesidad abdominal. Este conjunto de variables se conoce como Síndrome Metabólico, y su presencia incrementa el riesgo para desarrollar complicaciones cardiovasculares, donde destaca el endurecimiento de las arterias, enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares.
El tratamiento para esto se basa en llevar una dieta balanceada, saludable, baja en grasas y azúcares.
Consejos para iniciar hábitos más saludables.
1-     Lleva una dieta sana y equilibrada, basada en el consumo de hidratos de carbono complejos y con bajo índice glicémico.
Procura que la mayor parte de tu consumo de carbohidratos esté compuesto por carbohidratos complejos. Los alimentos que contienen carbohidratos complejos suministran vitaminas y minerales que son importantes para la salud de una persona y éstos están hechos de moléculas de azúcar que se extienden juntas en complejas cadenas largas (se distribuyen lentamente al torrente sanguíneo, y tenemos más energía por más tiempo). Entre los carbohidratos complejos tenemos a los alimentos integrales no procesados como los siguientes:
Granos integrales, arvejas, lentejas,  frijoles (porotos, alubias), vegetales, pan de grano entero y pastas  (integrales). Aumenta tu consumo de fibra, cereales integrales como avena, el arroz integral y quínoa. Trigo sarraceno, Mijo, Chía, linaza, Amaranto, etc.
2-     Reduce o elimina los “alimentos blancos”: el azúcar, la sal y las harinas blancas o refinadas.
Si puedes elimina  el consumo de azúcar refinada, jugos bebidas y productos de pastelería, pan, arroz y pastas blancas. Si se van a ingerir, que sea en pequeñas porciones.
No consumas alimentos procesados. Procura que tus alimentos se mantengan lo más cercano a su estado original o natural. Para ello, limita el consumo de alimentos procesados o preparados, y cocina desde cero siempre que sea posible. Los alimentos procesados suelen contener cantidades mayores de azúcar y sal. Lee las etiquetas para determinar la cantidad de azúcar y sal en el producto.
3-     Aumenta el consumo de agua. Debes beber  a diario 1 o 2 litros, o de 6 a 8 vasos de agua de 240 ml.
Deja  de consumir bebidas azucaradas y carbohidratos simples.  No consumas carbohidratos simples que contengan glucosa, sacarosa y fructosa.
Estos comprenden a los siguientes:
Refrescos,  edulcorantes químicos, la miel, el azúcar de mesa y las mermeladas, caramelos, pasteles y hojaldres.
4-     Prefiere aceite de oliva, (primera presión en frio), aceite de coco, y aceite de linaza (o lino).
5-     Incluye más frutas, vegetales y hierbas en tu dieta. No tienes que evitar las frutas por temor a que contengan azúcar. Los azúcares de la fruta se combinan con la fibra, la cual ralentiza la absorción de los azúcares. Intenta consumir 5 porciones de frutas y vegetales todos los días. No olvides agregar hierbas o condimentos que puedan controlar tus niveles de azúcar en la sangre. Estas también pueden combatir tus ansias de azúcar y son seguras, ya que no tienen efectos secundarios.
Canela,  jengibre,  ajo y cebollas, albahaca, cúrcuma, pepino,  apio, remolacha, etc.
6-     Respeta los horarios de alimentación. En lo posible cenar antes de las 20.00 hs. O 3 horas antes de irte a acostar.
7-      Escoge una actividad física. Si aumentas tu actividad física de forma moderada, esto puede ser de utilidad para revertir la resistencia a la insulina. No tienes que alistarte para una maratón. Escoge la actividad física que disfrutes o que te interese. De este modo, será más probable que te vuelvas activo.  No olvides estirarte y calentar antes de ejercitarte.
Podrías empezar a caminar más; subir las escaleras con más frecuencia; realizar más actividades al aire libre; practicar senderismo; arreglar el jardín; hacer aeróbicos; usar una bicicleta estacionaria; o hacer estiramientos.
Empieza lento.  Aumenta tu actividad hasta a 30 minutos diarios por un mínimo de 5 días a la semana.
Espero que estos consejitos les ayuden a empezar a cuidar de la salud. Cualquier duda que tengan me preguntan,  y si las sé con gusto la contestaré y si no, lo consultamos con profesionales de la salud. Un abrazo y Dios l@s bendiga!
Gra